
Sería fácil hablar de la muerte…
2 de diciembre de 2024
Texto realizado por José Antonio Lugo para la presentación del libro Arroyo. Calavera Mexicana. Llevado a cabo en el Museo de la Cancillería el pasado 27 de noviembre de 2024.
¡Lo que le sucedió a mi amigo
me sucederá a mi!
Tomé un largo camino y vago por la estepa.
¡Lo que le sucedió a mi amigo
me sucederá a mi!
Emprendí un viaje lejano
Y vago por la estepa.
¿Cómo podría callarme yo,
cómo quedar silencioso?
¡Mi amigo, a quien yo amaba,
ha vuelto al barro!
¡Enkidu, a quien yo amaba,
ha vuelto al barro!
¿No habré yo de sucumbir como él?
Nunca jamás me habré yo de levantar?
Quien haya escrito la epopeya de Gilgamesh, en acadio, hace 4 mil años, puso en boca del protagonista el asombro, la estupefacción y el miedo ante la muerte. ¿Cómo quedar silencioso?
Se escribe, dice el gran escritor en lengua alemana Robert Walser, para silenciar el miedo.
Para silenciar ese miedo, culturas y civilizaciones, sin excepción, han establecido su propia relación con la muerte.
En Mesoamérica somos afortunados, porque en lugar de que sea llegar a un sitio donde algunos alcanzarán el paraíso y otros el infierno, se trata en cambio de un tránsito, digámoslo así, hacia otro tipo de vida. Por eso no hay duelo, sino celebración, homenaje, incluso fiesta. Se celebra la vida vivida, se desea buena suerte y hasta se le dice al que se fue: nos vemos en noviembre, te tendré tu molito y tu mezcal….
Sobre este enjambre de imágenes y arquetipos, Perla Arroyo ha realizado, en sentido estricto, un acto de magia. Mago es aquel que tiene todos los materiales a su alcance para, junto con la inspiración que viene de allá arriba -whatever it means- crear algo nuevo e imperecedero.
Sería fácil hablar de la extraordinaria orfebrería: la plastilina, las impresiones en 3D, planos digitales, carcasas de fibra de vidrio, la fundición a cera perdida, el pulido amoroso. Perla Arroyo domina la técnica y la pone al servicio de la imaginación, como cualquier gran artista.
Sería fácil hablar de la muerte en distintas latitudes, de los ritos funerarios, que van desde la pira en el Ganges hasta la montaña en Narayama donde los familiares abandonan a sus vivos para que mueran.
Sería fácil también hablar del Mictlán.
Lo que es más profundo y revelador es otra cosa.
El extraordinario novelista francés Michel Tournier nos enseñó en uno de sus cuentos que la repetición es algo sagrado. Cuando se desea repetir un beso o una noche de pasión, ha surgido el amor.
La repetición crea un homenaje a lo que fue perfecto y se quiere probar de nuevo, como el platillo excelso que nos hace regresar al mismo restaurante, aunque esté a miles de kilómetros de distancia.
Perla celebra a la muerte. El arquetipo es fijo pero las posibilidades de la repetición, las maneras en las que se expresa esa celebración, son infinitas.
Con estas piezas, la artista vuelve sagrado el arquetipo y al mismo tiempo lo recrea, haciendo surgir nuevas profundidades, nuevas miradas, nuevas hermenéuticas. Todo es lo mismo, pero es distinto.
Diferencia y continuidad, diría el gran crítico de arte, mi maestro, Juan García Ponce.
Quizá la pieza que mejor define este proceso es Coatlicue-Nefertiti, que se integran para formar algo nuevo, que es también lo mismo.
Con su poderosa magia, Perla Arroyo abre la conversación y nos trae a la Tehuana, a Coatlicue, al Xoloitzcuintle, a Sor Juana Inés de la Cruz, a Coyolxauhqui, a Diego y a Frida, y con ellos, a la obsidiana, las mariposas, el corazón, la dalia, el colibrí y un larguísimo etcétera…
Al final del libro, Luis Ignacio Sáinz, con su lúdica erudición, nos trae a Orozco y a Tamayo, a Toledo y a Margolles, a Pedro Coronel y a Felguérez, a Federico Silva y Betsabé Romero para mostrarnos, como en el cuadro del paseo dominical por la Alameda, a los artistas mexicanos que se han ido de paseo por el sendero de la expresión plástica y simbólica de la muerte.
Dice el Diccionario de la Real Academia Española que prodigio es: «Cosa especial, rara o primorosa en su línea».
Querida Perla, tus seis piezas son un prodigio. Nos dices que la serie no está cerrada, que puede haber más.
Como admirador de tu obra, te felicito. Deseo que más piezas continúen la celebración desde la diferencia.
Como compatriota y espectador gozoso, te agradezco que le hayas devuelto a la calavera mexicana su carácter sagrado.
Muchas gracias.
José Antonio Lugo es licenciado en letras francesas, maestro en literatura comparada y doctorando en Teorías Estéticas. Ha escrito y publicado más de una docena de libros que abarcan el cuento, la novela, el ensayo literario, los universos simbólicos, el Taichi, la grafología y las flores de Bach. Es socio fundador y director general de la casa de edición El tapiz del unicornio.
BOLETÍN
* Llenado obligatorio para continuar
Al suscribir aceptas los términos, políticas y condiciones de este sitio web.
Podrás cancelar tu suscripción a través del correo que recibas de nuestra parte en el momento que desees.
